Seguimos con las anécdotas que pasan alrededor de las máquinas de vending en empresas de Madrid y en lugares públicos, vividas y contadas por nuestro compañero Roberto.
En ocasiones, hay situaciones complicadas de las que sólo las máquinas de vending se salvan. Fue el caso hace unos años, por ejemplo, de una gran máquina expendedora de café instalada en una empresa de Madrid. La noche discurría con normalidad cuando llaman a Roberto de madrugada para avisar de que la nave donde estaba instalada una de nuestras máquinas expendedoras de café está en llamas. Roberto, lógicamente preocupado, se desplaza al lugar del incendio para ver si todos los que trabajaban ahí estaban bien y esperando lo peor para la máquina.
Cuál no fue su sorpresa al llegar al local de ver que estaban sacando la máquina por el tejado destrozado con una pluma. Más atónito aún se quedó al comprobar que la máquina expendedora estaba absolutamente ¡intacta! Fue auténticamente milagroso, desde luego. Todo la nave se quedó reducida a cenizas y la única zona que no se vio afectada por el incendio fueron los pocos metros cuadrados donde estaba instalada la máquina expendedora de café.
Los otros usos de las máquinas
En ocasiones, la máquina de vending era usada para otros fines que no para vender refrescos. Corrían los años noventa y Roberto tuvo la ocasión de trabajar con máquinas de vending instaladas en el metro de Madrid. En aquellos años, lo del vending era algo absolutamente novedoso. Nadie tenía apenas experiencia y no había casi normas. Se podían instalar las máquinas expendedoras en prácticamente cualquier sitio en los lugares públicos y se vendía de todo menos agua ya que para eso estaban los grifos.
«Era tal la cantidad de máquinas instaladas que no podíamos llevar a cabo un control regular«, nos cuenta Roberto. Los amigos de lo ajeno aprovechaban la situación para sacar unas pesetas o productos. Sabían que no pasaríamos a visitar la máquina expendedora de bebidas en varios días. Otro fenómeno típico de esos años era que las máquinas servían de percheros o expositores para los mercadillos ambulantes que se montaban a menudo en los pasillos y vestíbulos. Era “normal” que, debido a eso, algunas máquinas no vendieran nunca ningún refresco.
Los tiempos han cambiado mucho. El sector del vending está mucho más normalizado y ya no pasan ese tipo de cosas. A estas alturas todos somos conscientes de los numerosos beneficios de las máquinas expendedoras. Siempre habrá algún acto de vandalismo del que sean víctimas las máquinas, pero ya son muy escasos. Pero ojo, a veces las máquinas también se defienden. Esto Roberto nos lo contará en otro artículo.
En Degusta Vending tenemos una muy larga experiencia en instalación y mantenimiento de máquinas de vending para empresas en Madrid. Si quieres saber cómo poner una máquina de vending en tus oficinas o empresa, respondemos a tus preguntas y te ayudamos con todo el proceso. Una vez instalada, llevamos a cabo el mantenimiento y nos encargamos de las reposiciones periódicas y renovación de productos en tu máquina expendedora de bebidas o comida para que no falte nunca nada.
